Duermo en esta historia abrigada por un sarcófago pequeño
Como un chaleco que esconde mi fragilidad
Que le da calor a la oscuridad del frío
En esta historia que no cesa de golpear mis sentidos cansados
empolvados de cenizas varias
encandilados de pronto por una luz que brilla y luego espira
En esa melodía de ti que danza en mi cabeza como un pequeño tormento
Que suda tu nombre en diminutas notas
Como esas lágrimas que adornan mi corazón formando coronas de rosas blancas
En esta caja de Pandora que despiertas con tus pequeñas alas
Salpicando un mundo sin mundo que brilla a la luz de la oscuridad
Para lloverme lo amargo del silencio y bebértelo todo a cambio de tu dulzura
Duermo en ti aunque no quiera
Aunque el tiempo siga su acelerado sendero hacia un destino que no robamos pero que ineludiblemente se empeña en escribirnos peldaños atados a un pasado prometedor y a un futuro cadavérico
Aunque la vida nos siga abofeteando el rostro sin pausa sin tregua pero además sin paciencia para esperar que aquellos besos de látigos dormidos salten de un avión hacia aquellas manos extendidas caquécticas del hambre
Aunque la muerte sea la reina ataviada de miserias
ornamentando una escusa sin sentido para palear desgracias
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