miércoles, 29 de diciembre de 2010

Un encuentro con el Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa

POR VIRGILIO LOPEZ AZUAN

                                VIRGILIO LOPEZ AZUAN Y MARIO VARGAS LLOSA



Recuerdo el Azua del 1975. La Sociedad Literaria ATHENE, estaba ubicada en un pequeño local del Ayuntamiento de Azua: Hace ya treinta y cinco años. En esa biblioteca había unos tres mil libros que a mis quince años de edad leía y leía bajo la mirada y el humo del cigarrillo Crema de Francisco Escancio, el bibliotecario. Una tarde descubrí una novela: “Conversación en la Catedral”, de Mario Vargas Llosa. Fue una experiencia extraordinaria esa lectura, en aquellos días que deliraba por hacer un curso de pintura porque tenía esa necesidad interior de ser pintor. Nunca imaginé que me dedicaría a la escritura, y nunca soñé que a estas alturas tendría más de una veintena de libros, entre inéditos y publicados.

Mario Vargas Llosa ya era un escritor de prestigio que muchos de los escritores dominicanos y latinoamericanos admirábamos por su obra y por sus tendencias al socialismo, que era como la ilusión de la “juventud pensante de la época”, inspirados por la Revolución Cubana y la mítica vida del Che Guevara.

La obra narrativa de Vargas Llosa, que siempre fue motivo de polémica entre los jóvenes de la época, generó cientos de discusiones cuando se le comparaba con la narrativa de Gabriel García Márquez. Unos preferían a García Márquez y otros a Vargas Llosa. Por mi parte no podía hacer muchos juicios comparativos porque a penas estaba iniciando mi cosmovisión literaria y mi universo literario no tenía esos grandes alcances… Pero de lo que estoy seguro y recuerdo, que la obra “Cien Años de Soledad” de García Márquez creó en mi una fascinación nunca vista y que “Conversación en la Catedral” de Vargas Llosa me despertó las ansias de conocer el lenguaje, las cosas de vida. De una u otra manera, Vargas Llosa y García Márquez, me motivaron a seguir leyendo, y de ahí hacia adelante la historia es larga, tan larga que no cabrá en mis memorias.

Después seguí de cerca a estos dos escritores, uno por su desbordada imaginación y el otro por su gran dominio del lenguaje y por sus historias que nos sustraían a todos. Puedo decir que he leído toda o casi toda la obra de Vargas Llosa, menos la última novela que ha puesto ha circular. ¿Cómo olvidar las horas de lectura de “La ciudad y los Perros”, “ La historia de Mayta”,” Pantaleón y la Visitadoras”, “El Pez en el Agua”, “ Contra Viento y Marea” , “ La fiesta del Chivo” y otros más? Forman estas historias un acervo cultural de inigualable valor en la formación de los pensamientos críticos, en las maneras de ver el mundo de hoy. Indubitablemente que Mario Vargas Llosa con su obra ha llenado importantes espacios en la formación del pensamiento moderno de muchos seres humanos, entre los cuales me incluyo.

Por eso, y a pesar de que ha estado en el país decenas de veces, anoche compartí por primera vez con él en el acto donde el presidente Leonel Fernández lo condecoró con la con la orden heráldica Cristóbal Colón en el grado Gran Cruz Placa de Plata, en el Palacio Nacional. En ese momento olvidé sus ideas conservadoras del momento, solo quise quedarme con el Vargas Llosa literario, con el Vargas Llosa que en algún momento nos hizo pensar en las revoluciones de nuestros países latinoamericanos.

El premio Nobel 2010, fue atento y distinguido, las palabras entre los dos fueron breves, lo mismo que el apretón de manos y el flash de la foto. Pero estaba frente un ser humano que sembró muchas ilusiones en mi pensamiento y por eso hago este recuento.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Sandra Liberotti



(RECREACIÓN DE UN POEMA EFLUVISTA DE VIRGILIO LOPEZ AZUÁN, MAGISTRALMENTE REALIZADO POR SANDRA LIBEROTTI)
Luna de luz, lunes de luna, por la una anda la nube y la luna. Luna de luz, mujer parida del domingo, mares repartidos en la semana acústica del bar. Lunes, primera luna nueva de edredones, soñados en las almohadas de los ojos trasnochados.

Martes, mar de té en su esencia, va sembrando corazones, mercados, zapateros, madrugadas, del arrullo, enamorado de las mujeres, partidas en dos.

Miércoles de nudos blancos que en sus contornos delira una mujer en la noche y el deseo. Miércoles salpicado de la rabia, con los puños apretados ¡miércoles!, para apretar los labios resentidos.

Juego del jueves para llorar cantando, sin el despertar violento de las camas tendidas al vacío, al olor de los miércoles. Jueves en mi casa con el humo blanco del jadeo, con el chasquido septentrional de mi pecho. Jueves de susurros como juez de terciopelo nos dictará la sentencia del viernes, que viene con oraciones y descansos anunciados. Jueves, santo jueves, despertar del amor en las camas, en el amor desvelado besando el viernes.

En el viernes está naciendo el fin de las rondas del sudor, en la vuelta izquierda del olvido. Bien te quiero, ven que muero, con los dejos de nostalgias, con la amplitud del juego, del jueves alumbrado en el silencio y las palabras. Y con cabellos amarillos teje rizos de agua. Viernes, parece que llegamos, sopor en las copas que hablan de nada, de las fuerzas dormidas.

Salgan a la calle que el sábado te alegra, peso de semanas donde lunes y martes se fueron fugitivos, miércoles y jueves desfilaron por la calle joven del mercurio, y viernes con sus presagios pasajeros, nos llenó de resplandores . Vengan todos a seducir las copas de vino que con danzas espirituales llenan las venas de manantiales y escaleras para el cerebro. Hoy habrá que salir por las calles del hombre, con sus copas al sol y sus corderos ensalzados.

El domingo es bostezo por la noche, después de nacer iluminado, con horas largas en la cama como si la noche se desperezara. El domingo me entumece los dedos y maduran lo días en la frente, esa que recuerda horas de escaleras, donde se lanzan las gotas del tiempo y sus doctrinas

---------------


Dos.

Nada más dos veces el viento menea al barco desde sus velas y apuesta proa en ese mural que se impone ante mí esta mañana impensada, hechizando con la intimidad del lenguaje un mundo y un amor dos veces innegable.

Corazones alumbrados por luces rubias de un camino riguroso en donde se afilian vocación y pretérito, divulgándolo dos veces como dos veces el beso del desierto a su arena resguarda la cara de este verso con la extraña manta del instinto en llamas, derritiendo y alterando el alma… dos veces.

Dos superpuestos que remachan al uno y lacran el encanto de dos siendo uno, desgastando cualquier dialecto verde y desabrido de unas vértebras que trepan y coronan como serpiente en sacudida bala desde el polvo al origen, ante un sol egipcio embutido en himno a las pirámides.

Dos que se aciertan exaltándose en ese encuentro perpetuo de labios carmines y eternidad de bocas. Aumenta el roce de cáliz y de cripta franqueando los dos mundos (el tuyo y el mío) con ojos apurados en sólo segundos, dos para ser más precisa, compensando dos veces un encuentro de asombro, magnetismo y semblantes vinculados.

Paralizados, enfocados, transversales y abollados en halos espirituales surgimos en la sociedad de nuestras manos que se alzan al cielo en dos, provocando espejismo de rodillas desnudas, dos, unidas, implorando ermitaña dos veces, que me ames.



Marisali (Sandra)
!!

POEMAS DE Sandra Liberotti

Poema en alta mar




Que no mire el sol que torpe expira
cuando amante me señalas tuya.
¿Y si me nombras? ¡Que sea inmediato
al sentencioso balanceo de las olas!
Porque sí.
Porque anclaste mi viento a fiel esbozo
me ruborizo y tímida desgloso
hasta que el día en luna nos convide
a descansar contiguos.
Repujo un solo reclamo a la mía vida
y es no estar al tanto del mar y de sus crestas…
mi oficio de fluir no tendrá calma
hasta alcanzar el sueño de mis días.
Porque no quiero sucumbir cuando decaiga
con perfil de cielo quejumbroso
donde se piensa espejismo la agonía
y mi esencia un ave que remonta vuelo.
La brisa inventa imagen
en dulce efigie de socorros de aurora
y amolda lo infinito saturando mi gozo.
Aquí mías las miserias se allanan
y aquella estrella graba rumbo
al beneficio de tus labios y me cubre.
La noche saquea la luz
y desaprueba el vuelo de gaviotas
prometiendo libertad por la mañana.
Tú, mi anhelo, mi sorpresa,
mi dicha y mi albor, manos henchidas.
por vos soy barco y beige gavina,
cielo exacto entre mí y encima cielo.
Yo, frágil navío
calma en tu espera haciendo aguas,
¡infanta ante galeones tan feroces!
palpito y asciendo sin recelos
mientras nubes osadas enaltecen
el espejo agitado del océano.
Finalmente me vislumbro, lejana,
como un barco en alta mar
con alias de mujer apetecida,
entre agua y capitel de espuma
sorteando olas que me hamacan.
Mi mundo oculto se pone a proa autodidacta
sin pautas ni brújulas ni guía…
Palpitando timón avisto el horizonte
y me disipo en ese disco mundo
donde sueño mar tan infinito
al que no le conozco sus secretos;
me posee sin credencial y sin anteojos
¡y sin más que esta hoja donde escribo!
Sólo mar que acumula geografía,
¡tuya y mía! Y que no se dónde fenece
ni dónde encabeza el cielo justo…
¡Es más! ¡no sé si voy a nado o me honro en vuelo!
Ya no distingo el horizonte y se hizo uno.
Deliro entre el añil y espuma ingenua.
Me embarco en un mar para mí
huerto de enigmas,
camino a tu resguardo en azul quieto.
Mar de tu forma, sujeto tácito.
Varón, estás dentro de mí pero no alcanza.
¡Juntos al mar!
Hoy o mañana.

© Marisali (Sandra Marisa Liberotti)

domingo, 5 de diciembre de 2010

DIAS DE LA SEMANA, POESÍA DE LA TRASCENDENCIA

AUTOR: VIRGILIO LÓPEZ AZUÁN
POESÍA DEL EFLUVISMO




Lunes

Luna de luz, lunes de luna, por la una anda la nube y la luna. Unes las elegías en la santa eternidad, naciendo unidos sin las heridas del cuento. Solo está naciendo una carta luminosa de la estación con su niebla y su única esencia del sol. Entonces, nunca uniremos luces para buscar el lunes como segunda parte del principio, como lunáticos que compartimos los sueños de la imagen, de esos meandros escondidos en la semana, con el martes mirando la luna para querer el cielo y jugar con las estrellas explotadas de futuros. Nadie nos invento, invertebrados y solitarios, y aportamos barros y costillas para vocear a la luna las manzanas podridas que nos dejaron, en las noches de San Miguel.

Luna de luz, mujer parida del domingo, mares repartidos en la semana acústica del bar. Y en los lugares ocultos del monstruo, pintamos nubes, aquellas que Picasso quería en cada línea del cubismo. O aquella imagen sub real del reloj derretido en el llanto.

Luz de luna, luna de lunes, día empujado y empapado de alcohol, de la muchacha seducía con cantos de sirena, con los espejos de Narciso, en las fuentes de futuro. Lunes, primera luna nueva de edredones, soñados en las almohadas de los ojos trasnochados. Y en el trabajo del mes es mejor olvidar las botellas, serenas galaxias, de esos mundos creados en átomos de nostalgia.

Lunes por la una, nube de locos, llenos de los perros de la noche anterior, como sin ladraran a los fantasmas fugitivos de la fiesta, nos dependimos con los billetes olvidados en el desvelo, con la frente tocando en el suelo y soñando con cocteles, glorias reclamadas con los tristes desconsuelo del olvido.

Lunes, primero, segundo papito del compromiso, faena repartida en los huesos de los otros para que sintamos el ruido de las maquinas voladoras de la utopía. Ahí estábamos todos recogiendo la limosna de la sal.





Martes

Ese es el martes, artes del mar bajo la estrella tentada que ríe, ardiendo en la noche. Planeta de mujeres nacidas, trasformadas en el adiós del cielo, guerra del dios, Ares iracundo. Martes, sobre el mar te sueño en las orillas del brillo. Miedos, cabeza del mito con los dioses neptunizando la ansiedad y las veredas. Sobre el mar te levantas y la luna que ayer se deslizaba, supo a versos de mercurio. Mar, te persiguen las olas solas con filos de luz que buscan la playa con burbujas blancas. Y sobre el olor de albahacas se inventaron los ungüentos del trece, del martes trece. Sobre el martes se aproxima entrañable el miércoles alegre, con las fiestas de los Ángeles que se acostaron en las calles de Paris. Y sobre los montes lanzaremos los espejos para revelar los secretos de un mundo nihilista, que a fuerza de morir nace en las razones, en la matemática del metal, del dolor proclamado en las flores. Y entre los tontos circulando, golpes de inviernos nos consumen, en la soledad extensa y desventurada. Más, martes, mar de té en su esencia, va sembrando corazones, mercados, zapateros, madrugadas, que en su aletazos de hastío, perdona la muerte primera de la madrugada. Martes, martes, son los rayos, escavados en el cielo, con uñas de luna y el manto solitario del mercurio, ataviado de flores y colmenas. Mar de té, martes del arrullo, enamorado de las mujeres, partidas en dos, en nuestros corazones.



Miércoles

Miel del medio día, dulce muestra del centro, herméticas razones de la gravedad. Punto fijo en el alma donde los asombros durmieron a Selena y a Vesta, y en los aires de Marte cantaron a otras galaxias el mercurio del jueves prevenido. Y en las tierras bajas trajeron cenizas y humo, miércoles de cenizas, consentido por la cruz y la fe. Miércoles de nudos blancos que en sus contornos delira una mujer en la noche y el deseo. Miércoles salpicado de la rabia, con los puños apretados ¡miércoles!, para apretar los labios resentidos. Ya está, la ilusión del día, del dios que en las aguas se moría, de esos tonos tordos que irrumpen previos a las lluvias.

Medida alta en la semana que mira hacia arriba y hacia abajo suspirando, que es el hombre el centro, planeta donde giran las estrellas. Así es, mientras suspiras los entierros de las lunas dejadas en el esmalte del día anterior. Oh, miércoles que resbalas en las noches, con tus luceros, llorando tu nostalgia y tus pasiones, tus soledades y pretensiones. Llévate la miel, el apiste que comiste el brillo del mar.



Jueves

Ves, juego del jueves, la vida y la suerte con sus llamadas secretas. Juego del jueves para llorar cantando, sin el despertar violento de las camas tendidas al vacío, al olor de los miércoles. Jueves en mi casa con el humo blanco del jadeo, con el chasquido septentrional de mi pecho. Jueves y café, con llamadas espirituales del África moribunda. Mejor que siempre, es el jueves, juego de Júpiter en la tierra de los sentidos. Ves, por el mismo sitio transitamos a buscar eternidades. Jueves, es imperio, que se cierne sobre el soplo, sobre la pasión del día duradero. Ves, juego del jueves, cara de vino para morderse los labios en pleno día. Juego del jueves, sin el porvenir y el sol de los nacidos, sin el juez y la sentencia del viernes. Ves, como todos los jueves a veces oscuro a veces claro, a veces con atino, a veces con descaro, así es el jueves, muchacha penándose en la ventada esperando pretendientes, manzana mordida por la voz del viernes que viene. Ves, juegos de juegos para llegar a los días elegidos y devolverlos por sendas de mercurio y permanganato, por las vía donde inventaron las fiestas y ron. Ves, juez, jueves de hilos colgados, dioses, Júpiter y Saturno, para crecer y derrumbarse en los olvidos. Jueves, juego de otoños en las vertientes claras de octubre. Ves, ya vemos la vocación del otoño, de las hojas secas. Si, de sonetos y secretos abrevados, alrededor el amor, inventado en la luna las despedidas que sus aguas se mecían. Jueves de susurros como juez de terciopelo nos dictará la sentencia del viernes, que viene con oraciones y descansos anunciados. Hoy es jueves, juez de la semana, debutante de sueños. Hay entonces calma en los primeros asaltos del amor, que con sus pájaros partieron los cielos en mil notas del sol. Jueves, juez del silencio detrás de las piedras, santo sepulcro del Cristo que se ha ido con sus embelesos. Jueves, santo jueves, despertar del amor en las camas, en el amor desvelado besando el viernes. Así lo tenemos, huyendo por las calles, despavorido donde duermen los penitentes, donde el amor venció los misterios, y se cerró el sepulcro y nació el silencio.



Viernes

En el viernes está naciendo el fin de las rondas del sudor, en la vuelta izquierda del olvido. Bien te quiero, ven que muero, con los dejos de nostalgias, con la amplitud del juego, del jueves alumbrado en el silencio y las palabras. Para entonces ya la gloria era un rumbo lleno de pueblos, ya era el mundo con la memoria, la vida del agua, de juegos y matices. Viene el viernes, vuelta de la espuma, de la niebla, de los paisajes movidos en los molinos, en las agua del fuego centenario. Y con cabellos amarillos teje risos de agua. Viernes, parece que llegamos, sopor en las copas que hablan de nada, de las fuerzas dormidas. Y no sé quien se lleva las nubes de mi pecho, la voz levantada en los pedestales. Viene el viernes a tocar las puertas de la fiesta, del sábado poeta, que entre trago y trago nos devuelve sus rayos y sus metrallas en las sienes. Viernes que vimos en nuestro eterno silencio, al pie de los árboles alumbrados. Viene el viernes con los pies descalzos, con las manos en la mar, haciendo llover borracheras de olas. Y como si fuera la última vez diremos que no a los entierros. Viernes de amplios portales para el Sabad que en sus jardines luce hiedras y flores. Que nos ha devuelto los milagros del camino, nos vislumbra la manera entera de ser felices por una vez más. Viernes, despacio y breve, prende los fuegos, las antorchas del domingo en ciernes, y te lanzas por los fueros como verso proclamado. Viernes, amor de mujer, belleza griega que en la flama esconde utopías. Mejor es el viernes, cuando la luna llena, que miramos caballos en miniaturas, y nos salva de estar solo en la amplitud del cosmos. Hay en el viernes el viaje de Minerva y Afrodita, con alabastros, con las manías del beso primero. Viene el viernes, sin las cadenas, sin el olor a mercurio ni los perros que gritan a la luna, ni la prisa, ni los alborotos. Y sobre todo, vemos las luces en los puertos del sábado, en los campanarios a las seis de la misa, en la multitud del diamante que con su brillo encandila domingos y con su alcohol preludia rosas en los sentidos y la ternura. Viene el viernes y sus ojos verdes, con su cara de Venus sobre el agua y los espejos. Ahora, ya es viernes y atado a sus fulgores el corazón se hace un niño con sus manos llenas de flores.




Sábado

Vengan a buscarme este sábado de mañana infalible, que en sus mares cultivó el descanso nocturno de los pájaros. Salgan a la calle que el sábado te alegra, peso de semanas donde lunes y martes se fueron fugitivos, miércoles y jueves desfilaron por la calle joven del mercurio, y viernes con sus presagios pasajeros, nos llenó de resplandores . Salgan todos es sábado de redoblantes, que anda con sus platillos tocando conciertos de infancias para sorber los huertos y los vegetarles. Vengan todos a seducir las copas de vino que con danzas espirituales llenan las venas de manantiales y escaleras para el cerebro. Hoy habrá que salir por las calles del hombre, para aplaudir soliloquios. Para que la escritura del día sea la gloria donde encuentren los equipajes desnudos y los hijos del mar. Vengan a buscarme para ir a los casinos, a la música del bar y topar dos cachetes para olvidar el hastío, del mundo que amaneció de cabeza con la amenaza del viernes, que apenas se ha marchado. Vengan, es sábado, sabat, santuario del ritual, descanso de un mundo lleno de campanarios, para pensar en los cielos prometidos antes de que nos volvamos taciturnos en los humos del tabaco. Así nos olvidaremos de los frutos podridos y no quedaremos con la cabeza vana, y que en el Mesón suenen las guitarras y el poeta de versos descontentos.

Vengan a buscarme, el sábado llama, con sus copas al sol y sus corderos ensalzados, con su grito de vejigas, con su domingo iluminado. Traigan fiestas, copas de colores, bocinas y cantinas, placeres y amores. Ya es sábado… Salgamos.


Resurrección

Domingo

De regreso, hemos venido de la madrugada, descanso del Sabat, y soñamos campos y norias, bosque y pájaros. Hemos venido, es el día primero, semana que entra por puertas de laureles. La fiesta va quedando atrás, el lunes traerá azadones en los portales para llevarnos de manos como niños sin regaños. Y vendrán las moscas con el trabajo comiendo la inocencia, las fábricas que deambulan en las neuronas, en el músculo de fibras rojas estirados hasta el fin. Es la semana que trae todos los cruces y los caminos, y en medio de todo tomamos el madero para llevar por la cuesta, donde el lunes bosteza tras noches de espera. Y de repente sueñan las guitarras y sus cuerdas nos llevan a caminos de hiedras para subir al sol con panderetas. Luego se arma la fiesta del alma pasajera, donde los caminantes hacen pausa para conocer los vecinos, el sábado que se ha ido sin guitarras y sin poetas, porque se fueron de domingo y perdió el sentido. El domingo es bostezo por la noche, después de nacer iluminado, con horas largas en la cama como si la noche se desperezara. El domingo me entumece los dedos y maduran lo días en la frente, esa que recuerda horas de escaleras, donde se lanzan las gotas del tiempo y sus doctrinas. Hemos nacido en domingo, en este día primero. Entonces, converso conmigo mismo y salen de mí las tenues luces de días pasados. En domingo, la fiesta es de mañana, la tarde trae sus equipajes, su sonrisa abierta, sus ojos empañados. Y nosotros, que nos llueven granizos en la memoria, pensamos en las horas paganas, cuando salíamos a la cofradía a retar al Nazareno. Hoy es domingo, nada de manos en cruz, ni de miradas formales. Nada como el domingo, para pasar las manos en la imagen de los pastizales. Nada como el polvo, que nos convierte en viento pasajero, con esa vocación de la tierra, de ser muñecos o marionetas. Es domingo, es resurrección, despierten ahora que mañana habrá carreta, para empujar la vida.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

LUNES


AUTOR: VIRGILIO LOPEZ AZUAN

POESÍA DEL EFLUVISMO

Luna de luz, lunes de luna, por la una anda la nube y la luna. Unes las elegías en la santa eternidad, naciendo unidos sin las heridas del cuento. Solo está naciendo una carta luminosa de la estación con su niebla y su única esencia del sol. Entonces, nunca uniremos luces para buscar el lunes como segunda parte del principio, como lunáticos que compartimos los sueños de la imagen, de esos meandros escondidos en la semana, con el martes mirando la luna para querer el cielo y jugar con las estrellas explotadas de futuros. Nadie nos invento, invertebrados y solitarios, y aportamos barros y costillas para vocear a la luna las manzanas podridas que nos dejaron, en las noches de San Miguel.

Luna de luz, mujer parida del domingo, mares repartidos en la semana acústica del bar. Y en los lugares ocultos del monstruo, pintamos nubes, aquellas que Picasso quería en cada línea del cubismo. O aquella imagen sub real del reloj derretido en el llanto.

Luz de luna, luna de lunes, día empujado y empapado de alcohol, de la muchacha seducía con cantos de sirena, con los espejos de Narciso, en las fuentes de futuro. Lunes, primera luna nueva de edredones, soñados en las almohadas de los ojos trasnochados. Y en el trabajo del mes es mejor olvidar las botellas, serenas galaxias, de esos mundos creados en átomos de nostalgia.

Lunes por la una, nube de locos, llenos de los perros de la noche anterior, como sin ladraran a los fantasmas fugitivos de la fiesta, nos dependimos con los billetes olvidados en el desvelo, con la frente tocando en el suelo y soñando con cocteles, glorias reclamadas con los tristes desconsuelo del olvido.

Lunes, primero, segundo pálpito del compromiso, faena repartida en los huesos de los otros para que sintamos el ruido de las maquinas voladoras de la utopía. Ahí estábamos todos recogiendo la limosna de la sal.

OPINIONES DE LOS LECTORES:
Elizabeth Polanco  Porque amo la luna, es mi amiga, le escribo a la luna..y nos hemos encontrado, entre lunes, lunas, limosnas, sal y utopía. Hermoso Virgilio." Sigue repartiendo mares y pintando nubes"

Fernando Urena Rib Bellísimo ....solo falta el lunar de sus ojos o de su vientre... y las noches de San Miguel...se refieren al viejo barrio capitalino en lo alto de la José Reyes? ... es hermoso, gracias!

Elizabeth Polanco Gracias Virgilio, Feliz Lunes para ti también.

Elsa Berdasco Luna de lunes, luna por lunes. Espejismo que ha quedado de un domingo entre alcohol y placeres. Luna de lunes que se oculta, tras el sol que despierta la jornada, donde la luna dominguera espera a ser recobrada...el la próxima madrugada.


Qué ... bello Maestro!!!!!!!!!!!!!!♥Ver más

Sandra Liberotti ‎..."nunca uniremos luces para buscar el lunes como segunda parte del principio, como lunáticos que compartimos los sueños de la imagen, de esos meandros escondidos en la semana, con el martes mirando la luna para querer el cielo y jugar con las estrellas explotadas de futuros."...

Ramón Saba"faena repartida en los huesos de los otros para que sintamos el ruido de las maquinas voladoras de la utopía."


Sublime en cualquier día de la semana.
Roberto Rímoli Eres un talento, Ramon !

....Pilar Lucero Ramirez Virgilio siempre recorriendo el universo a través de tu bellísima y profunda inspiración, la Luna se maravilla de tu verbo que la deslumbra y nos abraza el alma. Gracias querido poeta, eres un gran mago que llega al corazón. Un abrazo enorme y gracias por compartir esta prosa poética que conmueve.

YO…CONMIGO

efluvismo@hotmail.com

Elsa Berdasco,
Los ojos se van cansando
de tanto mirar por dentro.
Los labios resecos
arden de sal de mar…y de silencios.
Los brazos aún acunan
los tiempos del despertar.
Las piernas se truncan
de tanto andar los caminos, sin norte.
El corazón pega gritos…
Dejadme descansar!!!!!!!!
Entonces, súbitamente
me interno, me sano.
Sin más medicina
que el intento…
poco importa el resultado…
Quiero ojos abiertos, parpadeando
Labios humedecidos sin tiempo
Brazos amasando estrellas
en un cielo de azules, y de rayos…
piernas trotando hacia la meta,
y un corazón aquietado
que vaya latiendo al ritmo
de mis quedadas tormentas…
Cuando todo eso esté cumplido,
Allí donde la senda me lleve….
Allí te espero….
Y, si estás de acuerdo,
podremos amarnos,
ó simplemente vernos,
sonreírnos,
y seguir andando…


Elsa Berdasco Martinez

REVISTA

 REVISTA LITERARIA KAIRÓS DESCARGAR REVISTA KAIRÓS