AUTOR: VIRGILIO LOPEZ AZUAN
POESÍA DEL EFLUVISMO
LA SOLEDAD POR SEGUNDA VEZ
La soledad se extiende como arco, desde mar a las palabras, y llega a los cuerpos y en los corazones habla. Tiene umbrales y huecos, sortilegio de abismos y simas, en su piel se mueren los excesos de un adverbio mal puesto y sin rima. La soledad se estira desde la vida hasta la muerte y en los altos de las flores, la soledad es alondra de colores secretos. En toda la tierra y la luna, en los cielos y en los continentes, la soledad es un monstruo sin dientes que musita canciones de cuna. Si en las noches se llenan de estrellas los sueños, sin en la cama el vacío se vence ligero, la soledad mete sus ojos como cuento plañidero. En sus viajes de blancas cabelleras, en sus carnavales de ríos sempiternos, la soledad te llega al cuello y te descubre el miedo, te toca cantinas en el pecho y se acuesta contigo para mecerse luego. Si te encuentra sensible, la soledad te manda los recuerdos, te manda todos los rincones donde estuvieron escondidos como perros tiernos. Y entonces, te enseña los dientes, terremotos y fiestas, amargos momentos, dulces ausentes, y te mezcla lo alegre, y te muere en tumulto y te vive en la yerba. La soledad te manda lágrimas por un tubo y se burla de ti, y te saca la lengua con sus trapos viejos. Si sales corriendo la soledad te persigue, te topa la espalda y te azuza sus perros. La soledad es la otra que arrulla tu pelo y en tu cama se acuesta sin que nadie la invite. Si la ves en tus ojos con su cuerpo de alpiste, salta ligero, busca refugio, que tiene la maña de ponernos tristes.
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