martes, 31 de agosto de 2010

POEMA SIN E

AUTOR: VIRGILIO LOPEZ AZUÁN
Los ancianos

Olvidados por las horas y los  días,


van los ancianos camino abajo, buscando rosas y lirios,
llorando auroras, soltando humos, mañanas y cirios. 
Olvidados por años y lo siglos, van los ancianos, 
con sus rostros afligidos, ya no son cantos sino llantos,
ya no son pan, solo limo.
No, no, los ancianos olvidados cantan y cantan,
y cada palabra y cada sonido tocan guitarras,
sutil pasión, como arrullos y grillos. 
Los ancianos son blandos, dolor y cama,
silla y braza, cigarro y tabaco.
Si los buscan, los ancianos dormitan,
con historias vagas, con risas y fantasmas.
Toda la gloria va por sus ojos, su brillo gris, su luz y sus sonrojos.
Todos los abismos abisman, hundidos agrandan simas sin fondos.
Los ancianos cavilan sus olvidos y vomitan abandonos,
nadan sus lágrimas con ríos anaranjados.
Tornados color mostaza  arrasan los vacíos  y sus días,
sus campos santos y su vocación para contar historias
y asustar fantasmas.
Olvidados los ancianos convocan los pájaros dorados,
llaman lluvias y algazaras, cantos y gallos, picos y picadas.
Olvidados cargan canas, blancas canas, sábanas y camas.
Los ancianos cargan sábanas y camas, piso frío y alpargatas.
Los ancianos llaman, palabras con flamas,
con ardor a pico, con pasión y ganas.
Si cantan por las mañanas, mariposas tocan rosas,
los arroyos hablan para las montañas.
Si los buscan, canto a canto cantan y si los saxos nocturnos
tocan otoños blancos, podrán silbar sonatas cada mañana.
Olvidados los ancianos cantan olvidos y camas,
sábanas y almohadas. Los ancianos no olvidan nada, lo cantan.
Toda la gloria va por sus arrullos, caminando Saharas y norias,
trópicos y capullos, y con toda su magia, los ancianos las calman.
Solo la lluvia moja sus instintos y avanzan los cocuyos iluminados
con su carga hormonal y cósmica.
Los ancianos son arrugas y orugas, manos y lunas,
cristal y gruta, cicatriz y arado.
Los ancianos miran con sus ojos oscuros,

pupilas soñadas con tantos olvido blancos.

sábado, 28 de agosto de 2010

POEMA DE ELIZABETH QUEZADA


Abriendo los portales a la esperanza

(Dedicada al gran poeta Efluvista

Virgilio López Azuán)


 Abre la puerta a la ilusión
que su chispa celeste te posea
te descubra inmensa en un cuerpo que flota
y emerge entre las nubes de lo etéreo.

Que de tu aura de arco-iris brillen los índigos y naranjas
Que la vida sea una excusa para ser feliz…

Reírse de todo y de uno mismo.
Conjurar con una cruz  las caras largas,
se ensalzan en el dolor,
droga que es dulce y amarga.
Que nos empuja a la angustia de Sartre.

Y somos lobos esteparios atrapados en un fondo negro
En constante metamorfosis destructiva.
Muertos, de espaldas a la vida.

Debajo del cielo todo es bello
a pesar del terror a la soledad
al desamor, a la injusticia
duele menos el dolor cuando lo trascendemos.

¡A ser grande no se nace de chiquito!

Cerremos las puertas al suicidio de las ideas, del amor
y la vida.

¡Abran pues, los portales a la esperanza y la alegría!
Agonizantes cual Beethoven en su lecho.
Creó un himno.
¡Nunca es tarde siempre hay tiempo!
De abrir las puertas a la vida.

Copyright reserve © Elizabeth Quezada 2010.

viernes, 27 de agosto de 2010

HOY EL PÁNICO HA VENIDO A DESPERTARME

Dormía  plácidamente en el lecho de la mediocridad, cuando golpearon mi puerta.
 Estaba tan dormida y tan cómoda que ni siquiera quería ir a ver quién era, pero me dije veamos quién es tal vez es la vida que viene a buscarme.
Abro la puerta con algo de temor y curiosidad, lentamente, como esperando encontrar la solución a mis nostalgias. Creo que medio siglo de angustias surcaron mi espalda en menos de un segundo, que fue una eternidad suspendida en el tiempo, expectante, tal vez con una esperanza, no sé.
Lo cierto es, que luego de ese intrincado acantilado de emociones que recorrieron mis ansias, me doy cuenta que quien había llegado a despertarme aquella mañana, “sólo era el pánico”, me dije con desinterés, hasta que este me invadió inmediatamente. ¡ES EL PÁNICO!! Violando mis voluntades, sádicamente y sin clemencia, se apoderó de mí, de mi alma, de mi voluntad,  como quien arrebata  un indefenso polluelo de su nido.
Me tomó desprevenida, no pude escapar, yo no le provoqué, no le invité a mi casa, para mí era un desconocido, pero entró como si siempre hubiera estado esperando aquel momento, me hablaba, conocía mi nombre  y se reía burlonamente.
Yo yacía en el suelo con la mirada perdida sin comprender lo ocurrido, desorientada…  
 ¿y mi vida?
Hoy, controla mi vida y me encuentro encerrada en un mundo de fantasmas ,mirando tras la rejas el amanecer, vivo  esclava del Pánico, pánico de quien debí ser pero nunca fui, pánico  de la velocidad con que la vida pasa  sin conseguir lo que alguna vez soñé, pánico de seguir en el mismo peldaño en la escalera de la vida ,sin animarme a dar un nuevo paso, pánico  a la falta de interés , pánico a vivir cuando ello significa dar vuelta la hoja ,empezar a escribir una nueva historia .Pánico a darme cuenta, a la mediocridad. Pánico al desamor, al dolor, a volver a sufrir, a pasar por los mismos oscuros pasillos del destino que marcaron el rumbo de mi historia. Pánico a que la historia otra vez vuelva a repetirse pero con otros personajes, tal vez más siniestros…

Vivo esclava del pánico, por pánico a ser esclava


                         Sandra Gonzalez Lescano
                        Todos los derechos reservados
                        25 de agosto de 2010
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miércoles, 25 de agosto de 2010





 POEMA SIN A
En el hoyo













AUTOR: VIRGILIO LÓPEZ AZUÁN

Estoy en el estío de tus ojos y entre este silencio y los otros, mueren mil incendios, miedos sin mundos y sin olvidos. Como cielo infinito subo, y me vuelvo orbe, miro flores y ruiseñores, y entonces, silbo sobre oro de sol. En estos hoyos profundos toco el sueño nocturno de los perros, fuegos de crepúsculos negros, limbos negros, como los ojos tuyos. Presente, en el fondo, sombreros de limo, húmedos versos que vuelven. Sobre ti, senderos estrechos del verde monte, monte verde, tinto de sed. Si tenemos los miedos, los rezos mueren como golpe de viento, como el zinc ocre del techo. Golpes en el pecho, dolor del puño enrojecido, golpes y dolores en el miedo intenso. En el vientre confuso y postrero, elevo mis tonos, sonidos del viento y del miedo. Si, en tus ojos todo es seguro, vencidos por cuchillos de fuegos, nos tendemos como peces fosforescentes, con tus luces y mis ilusiones estridentes. Queditos en los sueños te evoco en tu cielo rojo, que vencido converso sobre los esqueletos perdidos del mundo. No me voy del estío de tus ojos, del negro encendido, en esos rostros que mueren sin tus tesoros. Herido y sin retoño toco el limo, me busco y me ilumino y solo encuentro un ser umbrío, con sed de tiempo, con el cuerpo en el suelo muerto por los cocuyos nocturnos. Me quedo en el estío de tus ojos y no me corro, no iré con los moluscos, ni con los líquenes, no me iré de tus ojos. Estoy libre con tus destellos, con tus flores y tus ruiseñores, convoco vientos y nubes, convoco todo. En el doble grito de tu pecho derrumbo sueños, y beso como loco con relinchos y estruendos. Te lo juro, no me iré del estío de tus ojos

martes, 24 de agosto de 2010

RAYOS Y CENTELLAS

POESÍA DEL EFLUVISMO
AUTOR: VIRGILIO LOPEZ AZUAN

Con sus espadas quebradizas rasgan la plenitud del cielo y con manos de pirata dibujan el botín en las aguas. Vienen envenenados con su marcha de luz, con la gloria en la frente, vestida de azul. Detrás, con tragos de truenos, agitan la lluvia para temblar en las hojas del campo. Son rayos y centellas, rayos y combates, relinchos y rabias, descargas que arrebatan los asombros, y pintan en los techos, los presagios. Tienen los rayos la marca del zorro, con sus ojos nocturnos, destellos y centellas. Tenemos tantos rayos que no rayan la piel por salir a las calles asfaltadas. Tenemos tantos pasos de rayos que se vuelven plumas con el viento. Tenemos tantas centellas con su música y sus silbidos, que nos bombardean lilas con nubes dulces que enamoran. Tenemos rayos y centellas, rabias y amapolas, panteras levantadas con estandartes. Tenemos esos truenos, y esos choques de nubes, que revuelven caracolas. Tenemos tanto azul de rayos y centellas, bombazos de luz, cimiente y madera. Tenemos tantos rayos y más rayos, rayados en la espalda, en la piedra lanzada como si fuéramos bacilos. Zozobran los cielos en la confusa tarde de locos, en la rumba de rayos y centellas, con estampa de ecos, calientes voces del orbe. Rayos del norte y el sur, de agujas y taladros, que a veces eligen los cuerpos de barro, para soñar pasados

lunes, 23 de agosto de 2010

Las cadenas
Autor: Virgilio López Azuán
Muerden los fierros las cadenas y nadie nos rescata, con sus sables de piratas se enamoran de la carne, del rojo que marcha en la piel, con sus negros nubarrones. Y te llegan a los huesos,  con sañas, con bocas de sabuesos. Las cadenas levantan sus consignas del llanto atravesado en los agujeros que ahogan y orinan la rabia. Y te llenan el vientre de estrella muertas, con el futuro en fuga. Ellas te ahorcan ocultando las llaves, de anillos anudados. Son las cadenas la clausura, los cementerios heredados, que en la virtud del poema, tiemblan. Y te acortan la distancia, te revuelven la luz en la equina profunda. Y el rayo se lo bebe como agua de plata. Y nos devuelve la cara con tanto dolor agrupado. Suenan las cadenas en los barcos, en las galeras homicidas, en las banderas de piratas, a media asta, hasta la mar y su amargura. Las cadenas tienen el frío de la muerte con la nada bostezando. Es tormenta revuelta en la tierra, con las minas pendientes, las que explotan en los campos, las que han perdido el rastro del arrullo. Y entonces, te muerden mordiendo los dientes de mil lenguas, las lenguas de mil dientes afilados, metal del frío, traicionero. Las cadenas nos dejan preso, estrella aparcada a la orilla del río, con el canto carnal de los corazones. Las cadenas nos llenan la boca de algodones, y nos embriagan de sus muertes y sus retoños. En mitad de la noche, las cadenas son el grito de las heridas, la vida tratada a empujones. Y se suben a tu boca con su baba y su amargo. Te amarra los pájaros que cantan en tus ventanas y te dan aletazos con sus labios fríos, sus labios muertos. Las cadenas se calientan en los cuerpos, cuerpos que la queman con los brazos amorosos de la sangre.

domingo, 22 de agosto de 2010

LA LLAMA

La llama lanza carruseles de fuego, y galopan los potrillos sobre calles de piedras. Sorprende cuando quema los caminos, las yerbas y las flores y una sonrisa amarilla reconforta la marcha nocturna del olvido. La llama nos sorprende con sus lenguas calientes con sus besos de alfileres, y temblamos heridos. La llama tiene pluma y vuela, se lleva los ruidos, tantos ruidos de cantinas, tantos ruidos de chatarras. Ella anda buscando las preguntas que le debe el viento. Ella es una rana que salta a nuestro rostro olvidando que duele, que arrasa como sol, caprichos de la pena que yace en los armarios. La llama, llama, se alarga y se levanta y provoca miles fuegos bajo los plenilunios de un octubre salpicado de luna. Ella nos cubre con sus brazos alargados, que envuelve y que enredan entre las salamandras. La llama, llama los latidos y flamea, no importa lo que parezca, la llama siempre quema, come espíritus siniestros y los devuelve a las aguas, convertidos en perros y perras. La llama sube y baja por todas las escaleras de beso y enciende las lenguas, y calienta los dientes. Ella todo lo arrasa, y quema la tierra y hornea mariposas y provoca primaveras. La llama tiene el amor en sus laureles, camina y vuela, silva y se mueve como serpiente aterrada. La llama calienta las estrellas y abreva en las aceras de las novias primeras. La llama lanza carruseles de fuego y sin pensarlo esboza los pequeños monstruos que a los sueños les quedan. La llama tiene espejos y perfumes de madera, clausura las puertas, y las brujas que tanto llaman quedan petrificadas cuando vuelve el carrusel del fuego.

martes, 17 de agosto de 2010

A CIEGAS

Elsa Berdasco Martínez 


Vendados los ojos,
liberando el tacto,
aspiro suspiros
donde besa el viento.
El cielo se tiñe
de tantos colores
como los presiento...
y allí en las alturas
asciendo y desciendo,
me monto entre lunas
y estrellas besando.
Siento que iluminas
callado, mis manos.
y a tientas recorro
tu piel, ignorando
si serás mi abrigo
ó seré tu llanto.
El cielo testigo,
vientos murmurando
que si aún eres mío,
sin verte te abrazo
y me monta el rayo
que derrama el vino...
con sabor a mieles
de uvas, y esquivo...
Sigues tu sendero,
y yo...sigo el mío...
Soñando un reencuentro,
vibrando en suspiros,
gimiendo por verte
aunque el vil destino
Se oponga a tenerte...
Me arrime al abismo...



lunes, 16 de agosto de 2010

SOY

AUTOR: VIRGILIO LOPEZ AZUAN 



AUTOR: VIRGILIO LOPEZ AZUAN 

Soy el que se mete en tus sueños,
en tus profundos sueños del mundo,
el hombre que levanta cortinas en tu casa,
y se baña en tus mares con tanta locura.
Soy el que te besa los pies iluminados,
el que enciende tus fuegos de sombra enternecida.
Soy el que se sobrecoge cuando lo mira,
la noche de estrellas, la luna enamorada.
Soy el que te busca con todos los sentidos,
sobre tu carne y tus huesos.
Levanto los altares de santos traviesos,
religiosa manera de escupir los infiernos.
Soy el agua que te baña, en ríos recrecidos,
abundantes marejadas, de olas repetidas.
Tiéndeme tu mano cual ala del cariño
y besa mi tristeza que la tarde balancea.
Clama que me funda con todo y horizonte,
con todas las calles y todos los montes.
Clama que te lleve despierta entre mis ojos,
besando los luceros que a tus pasos se encienden.
Dame tu mano tibia sembrada de jardines,
con claveles rojos y rosas y lilas.
Soy ese que te busca detrás del desvarío,
ese que camina sobre el parque y el recuerdo,
quieto y sobrecogido, con fiebre de amores
y largo escalofrío.
Soy el que sube a las sábanas y se tira al mundo
para descubrir tu cuerpo arropado de las almas.
Soy llamas quemantes que tus labios han forjado,
el hombre loco que sube a tu cuerpo el loco
que sube empezando por tu orilla
empezando por el beso, en el beso suspirando

sábado, 14 de agosto de 2010

POESÍA DEL EFLUVISMO
AUTOR: VIRGILIO LOPEZ AZUAN

LA BELLA Y LA BESTIA

Si la bella se acerca se aleja la bestia,
si la bestia se aleja se acerca la bella.
La bestia se ABELLA y la bella se ABESTIA,
si una se aleja, la otra se acerca.
Todo se duerme, la bella acaricia la bestia,
todo se turba, la bella se aleja.
BESTIADA la bella, BELLADA la bestia.
Bájese de la bestia, la bella en los balcones,
rosas de la bestia, besos de la bella.
Azul la noche, corta y reconforta,
la bella suspira, la bestia despierta.
Móntese en la noche de la bella,
bájese de la sombra de la bestia.
Sombreados de la bella, ANOCHADOS de la bestia.
No se fíe, sola está la bella a la luz de la bestia,
con plumas y tiempo, la bestia llega,
con piel canela, CANELAMOS la bella para bebernos la bestia.
Si somos la bestia la noche se resbala en los luceros,
en la soledad oscura y la locura.
Conversa con la luna, la bella y después la bestia.
Nos BESTIAREMOS todos para tener la bella,
nos BELLAREMOS todos para vencer la bestia.
La bella y la besti

viernes, 13 de agosto de 2010

cenizas al cenicero y trastos al trastero


Y un día encontré el brillo en esa mirada , cerca rondaba el universo
 se hacía el mundo en un misterio,el cielo se abría desde lejos
y en él ingresabas todo entero , salían las brujas paseando de noche
también las estrellas cuando reías y algunas hadas que iluminaban
distintos  seres que habitan la tierra corrían dichosos a tu encuentro
pero tan sólo un sol, tan solo una luna esa noche había...
qué luz tu mirada me dije sonriente , sonriendo tu risa risabas la mía
de pronto en sorpresa se hizo el canto y el firmamento cayó como un trueno
y todo callado quedose el cielo para escuchar tan sólo tus versos...

Es que ya nada sonaba como aquello,ya nada podía compararse
si es magia tal vez , no lo creo, tan solo te miro después ya no vuelvo
 lagunas salvajes deliran momentos y yo estar sin ti ya no puedo
no digas que vienes de noche a verme y luego, te vas escondido
tan solo en silencio, detrás de los muros me llaman tus besos
 aunque no lo cante la rana en los agujeros
colores que riman rimadas tus rimas ,colores que dejas en mis mejillas
 ya no quiero eso tan solo te quiero y jugando te marchas sin un hasta luego
 mi furia despiertas mientras loca te amo por loco, por furia y porque despierto
en ti las pasiones dormidas en brazos de alguien dormido que duerme contigo
durmiendo.

cenizas al cenicero y trastos al trastero...
y tu ven aquí que hoy yo te quiero...



                        sandra gonzalez lescano
                 todos los derechos reservados
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CAFE

El café que hierve en negros temblores,
en convulsiones, a borbotones.
Gracias por tu olor que atraviesa las rosas,
que deshoja en pétalos la mañana
a la hora de levantarse la abuela. Gracias,
por tu olor, de montañas y manantiales,
de nubes a ras de colinas a claridad de auroras y humedales.
Gracias por tu sabor, por tus secretos espirituales.
Gracias por tu sabor a negritud, por tu memoria y tus luchas,
por temple y tus aceros.
Gracias desde mi confinidad, la que aprecio cuerpo a cuerpo.
Gracias a las noches de poesía, a tu canto, a tu silencio y a tus deseos.
Témplame los sueños, despiértame las nostalgias y déjalas volar.


jueves, 12 de agosto de 2010

PESADUMBRE


Pesan los pies
en el instante justo
en el que camino sin rumbo
buscando el hallazgo.
El viento es un muro pesado
que mudo me empuja
y cerrando ventanas
sólo abre las puertas inciertas
que abro al vacío.
Vacío el espacio,
vacíos los tiempos,
vacía yo misma
pensando en ajeno.
Es vacío el día,
carente de soles.
y huecas las noches
que ocultando estrellas,
cubren nubarrones.
Ni el rayo es mi aliado
cuando espero el ruido
de trueno estridente
que calla confuso.
Absorto, hasta el cielo
me mira desnudo...
Yo lo he des-ropado
cegando minutos
donde desde el alma
mis ojos complotan
este mundo extraño,
en que deshabito.
Cuando por las noches
me entrego al desvelo,
sueño con descansos
que se me han perdido...
Y cuando agotados
los ojos sucumben
y quedo dormida
lucho contra el tiempo
porque de un respiro,
y lleguen mañanas
con nuevos aullidos
que mi loba aguarda...
paz en nuevo día...
con risa en el alma,
y una gran ventana
por donde entren soles
que con tenues luces,
me obsequien su magia...
en una caricia.

Elsa Berdasco Martinez

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