AUTOR: VIRGILIO LÓPEZ AZUÁN POESÍA DEL EFLUVISMO Lunes Luna de luz, lunes de luna, por la una anda la nube y la luna. Unes las elegías en la santa eternidad, naciendo unidos sin las heridas del cuento. Solo está naciendo una carta luminosa de la estación con su niebla y su única esencia del sol. Entonces, nunca uniremos luces para buscar el lunes como segunda parte del principio, como lunáticos que compartimos los sueños de la imagen, de esos meandros escondidos en la semana, con el martes mirando la luna para querer el cielo y jugar con las estrellas explotadas de futuros. Nadie nos invento, invertebrados y solitarios, y aportamos barros y costillas para vocear a la luna las manzanas podridas que nos dejaron, en las noches de San Miguel. Luna de luz, mujer parida del domingo, mares repartidos en la semana acústica del bar. Y en los lugares ocultos del monstruo, pintamos nubes, aquellas que Picasso quería en cada línea del cubismo. O aquella imagen sub real del reloj derretido e
Elegía a la Ciguapa Corre tras la luz de la luna llena, Escóndete del hombre que viene de otras tierras, Emite desde tu garganta tus alaridos de pena, Desde tu hogar hecho de cuevas de las sierras, Míralo con tus ojos de obsidiana, Hechízalo y conviértelo en tu amado, Para vivir contigo la vida cotidiana, Para aligerar en tu vida todo pasado, Danza ágil en los areítos, Alucina con polvos de cohoba, Entre todos los cuentos y mitos, Arrastra tu cabellera cual escoba, Huye de los fieros perros cinqueños, Buscando guayabas y murciélagos, Entre todo tu pueblo de pequeños, Internándote en las aguas de lagos, Busca refugio en los rayos de plata, Cose tu vestido de cabellos oscuros, Relame tu hermosa boca escarlata, Construye tu refugio con muros, Llora tus penas, suelta tus lanzas, Camina con tus pies torcidos, Marca pasos, que al retroceder avanzas, Arrulla tus presas en tus brazos dormidos.
Hemos dejado el rastro de los cuerpos en la última esquina del siglo… Del bullicioso ruido salimos huyendo como seres consumidos atravesados de mares y de caminos de la posible transparencia del infinito Todos nos fuimos como seres perdidos para vender de a poco nuestros sueños recuerdos de equipajes, olvidos, olvidos Avanzamos sobre la arena, al borde del agua molecular convertida en tierra de la secreta nostalgia hecha maleta Hemos dejado cuerpos sobre el tiempo trasluz que envuelve otra luz en silencio y un discurso de sendas subidas en la cabeza un delito de ausencia tomando la playa Somos seres de huesos consumidos estatuas caminantes, moléculas en tránsito del tiempo llovido, alucinantes aguaceros Somos singularmente plural Pluralmente “singulados” que como máscaras estremecidas nos prometieron yerba nueva Y por eso nos fuimos, medianamente consumidos totalmente consumados curiosamente solos y acompañados Vacío
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